Ningún padre espera jamás oír alguna pregunta relacionada a “¿vas a morir?”, exclamada por sus hijos. Nadie está preparado para la muerte y me queda claro que tampoco lo estamos para hablar de ella. Hasta el día de hoy, he visto gente que se sorprende cuando alguien dice la palabra muerte o algo relacionado a ella. Aunque es algo que nos causa dolor y tal vez por eso no nos gusta hablar de ella, es importante hacerlo. Principalmente si hay pequeños en casa. Créeme, nada ni nadie nos asegura que viviremos y veremos crecer a nuestros hijos. Muchas veces la vida tiene destinadas otras cosas para nosotros.
Ahora estoy contigo y estoy bien
Voy al médico para cuidar de mi salud
Ir al doctor debe ser una rutina y no hacerlo sólo cuando nos sentimos mal. ¿Por qué? Cuando vamos constantemente al médico, conoce nuestro estado de salud. Se da cuenta si algo ha cambiado de un momento a otro y pueden tomarse cartas en el asunto con anticipación. Muchas veces, dejamos el ir al médico sólo cuando es muy urgente y al estar ahí descubrimos un problema que pudimos haber prevenido tiempo atrás.
Uno no decide cuándo va a morir
Como dije, también es importante que los hijos sepan que la muerte puede sorprendernos en cualquier momento. Hay que dejarles de hacer creer que las personas sólo se van cuando ya están viejitas. Eso los ayuda a vivir la realidad como es y no disfrazada, porque eso sería realmente impactante para ellos.
Hay mucha gente que te ama y siempre te va a cuidar
Si tu hijo te dice “mamá cuándo vas a morir”, contéstale con honestidad. Mejor opta por tranquilizarlo diciéndole que siempre habrá gente cuidando de él. Muchas veces la mayor preocupación de los niños es sobre qué harán si mamá los deja. Nadie los ama más que ella.
Déjale en claro que a pesar de cualquier circunstancia, siempre le amarás y acompañarás.
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